Los primeros que se creyeron la trágica mentira de la “transición” en los niños, ahora son los primeros en emitir una alerta roja. Los países europeos, reconociendo que los niños han sufrido graves daños, continúan desligándose del inútil y trágico esfuerzo por cambiar el sexo de los niños.
El número desmedido de clínicas ofreciendo procedimientos de cambio de sexo en el Reino Unido, se disparó de 250 a más de 5,000 en los diez años posteriores a la adopción de la transexualidad. Ese aumento sin precedentes llevó a un estudio independiente y a la suspensión de los bloqueadores de la pubertad administrados a menores a través del programa del gobierno de Inglaterra. Esto fue lo más reciente de una serie de acciones por países europeos para desligarse del movimiento trans. Finlandia, Suecia, Francia, Noruega y el Reino Unido, han dado marcha atrás recientemente a su aceptación inicial de la llamada “Atención de afirmación de género” después de que surgieran resultados alarmantes. Inglaterra fue aún más allá y recientemente dio a conocer que los Servicios Nacionales de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), financiados con fondos públicos, ya no ofrecerán medicamentos para bloquear la pubertad a menores de edad. El anuncio se produjo la semana pasada en el Día de Concientización sobre la Detransición debido a la creciente preocupación en algunos países sobre los efectos de medicamentos y cirugías experimentales e irreversibles en los niños. Lamentablemente, Estados Unidos no ha seguido su ejemplo.
La subsecretaria de Salud de EE. UU., Rachel Levine, un hombre que vive como mujer, continúa con la mentira de que la llamada “Atención de afirmación de género” es un tratamiento médicamente necesario, seguro y efectivo. Todo esto es una completa tontería, incluso el nombre que se le da a las intervenciones que alteran el cuerpo. Prevenir el proceso natural de la pubertad de un niño con medicamentos no probados es todo menos “afirmación de género”.
Los activistas en Estados Unidos no solo se aferran obstinadamente a ideas dañinas, sino que también están intensificando los esfuerzos para atrapar a niños y adolescentes vulnerables. La revista New York Magazine intenta vender la idea de las transiciones infantiles con una portada provocativa (Aprende más en inglés) que afirma “La libertad de sexo: el caso moral para dejar que los niños trans cambien sus cuerpos”. En respuesta, la publicación The Federalist (en inglés) señala que la autora del artículo de la Revista de Nueva York, que es “una mujer que se califica así misma como una lesbiana trans” y que optó cambiar de sexo después de que se volvió adicta a cierto tipo de pornografía, está promoviendo que se violen los derechos de los padres para llegar a los niños.
Hablando acerca del Reino Unido nuevamente, las acciones que se están llevando a cabo para desligar al país del movimiento que promueve la transición en los niños, son lentas pero notables. Tavistock, la clínica pediátrica más grande y más conocida y que fue la primera en ofrecer cambios de sexo para niños, ha estado en proceso de cierre desde hace un año. El ex director de la clínica afirma que él se dio cuenta que los niños son demasiado pequeños para dar su consentimiento a decisiones tan importantes, y que la clínica estaba forzando inapropiadamente a los niños a someterse a la “transición” cuando tenían problemas complejos que requerían tratamiento desde una perspectiva neutral. El Dr. David Bell dijo: “Los niños han sufrido daños muy graves por consecuencia”. Te invitamos a que escuches su conmovedora entrevista (en inglés).
En noticias relacionadas, los archivos filtrados del principal grupo activista de “transición de género” que se hace pasar por asesores de salud neutrales, “Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero” (WPATH, por sus siglas en inglés) muestran que los médicos improvisan tratamientos, reconocen que los niños no pueden dar su consentimiento y utilizan investigaciones de mala calidad para respaldar sus afirmaciones, revela un informe (en inglés). Los archivos indican que los miembros de WPATH conocían los “efectos secundarios debilitantes y potencialmente fatales” de estos tratamientos, pero no les importó el bienestar de los pacientes a largo plazo.
Mientras tanto, una nueva encuesta (en inglés) (de participantes que se autoreportan) indica que ha aumentado el número de aquellos que se identifican como LGBT+ (el plus puede significar cualquier cosa menos heterosexual) entre la juventud. El mayor porcentaje de los que afirman tener una identidad LGBT+ dentro de la Generación Z y la Generación Milenio dicen ser bisexuales.
La encuesta nos quiere hacer creer que, mientras que poco más del 2% de los Baby Boomers son LGBT+, más del 22% de la Generación Z son LGBT+. Tal diferencia plantea serias preguntas sobre el ambiente pro-LGBT en el que nuestros hijos están creciendo. Incluso personas liberales tienen dudas acerca de tales encuestas hace dos años, señalando los resultados poco realistas y la maleabilidad de los niños.
Claramente, entre más se promueve la agenda LGBT en nuestra sociedad, más personas la compran y más personas, aun los niños, toman medidas drásticas para hacer la “transición”. Ahora estamos viendo los resultados: más y más personas están detransicionando y luchando con un profundo arrepentimiento, cuerpos permanentemente alterados y muchos problemas de salud física y emocional.
Eso es lo que inspiró a la senadora de Arizona Janae Shamp, junto con el apoyo de CAP, a patrocinar el proyecto de ley SB 1511 (en inglés), que requiere que los médicos y las compañías de seguros que ofrecen medicamentos y cirugías que alteran el género, también brinden atención y cobertura a aquellos que luego quieran detransicionar.
El proyecto de ley fue aprobado por el Comité de Salud y Servicios Humanos de la Cámara de Representantes la semana pasada, siguiendo las líneas partidistas y se dirigirá al pleno de la Cámara para una votación final. Aunque el proyecto de ley no afecta en absoluto a quienes se identifican como LGBT, los activistas todavía se oponen firmemente a él, sin importarles el hecho de que sus antiguos transicionistas ahora quedan abandonados. La representante Sarah Liguori explicó su voto “no” citando regulaciones que ni siquiera formaban parte de la legislación: “Estoy alarmada por la extralimitación del gobierno en la privacidad de los ciudadanos mediante la creación de un registro de personas transgénero”. El proyecto de ley SB 1511 no incluye tal registro ni nada que pueda confundirse con un registro. No requiere nada de aquellos que se identifican como transgénero. Simplemente requiere equidad de atención y cobertura para aquellos que hacen la transición y quieren detransicionar.
La píldora abortiva en la Corte Suprema
Ayer la Corte Suprema de Estados Unidos escuchó los argumentos orales en un caso crucial sobre el aborto que podría imponer mayores restricciones al uso de la píldora abortiva. Nuestros amigos de Alliance Defending Freedom (ADF) argumentaron en nombre de un grupo de médicos pro-vida que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no debería haber revertido arbitrariamente sus propios estándares de seguridad sobre la píldora, poniendo en riesgo a niñas y mujeres. Te invitamos a que aprendas más acerca de los antecedentes de este caso leyendo estos dos reportes (en inglés): reporte 1 y reporte 2.