¿Fue la intención del Congreso el incluir a los niños y hombres que viven como niñas y mujeres cuando votaron a favor de proteger las oportunidades femeninas en la educación? La respuesta es obvia cuando tomamos en cuenta la enmienda que los legisladores hicieron a las Leyes de Derechos Civiles en 1972 para incluir las protecciones del Título IX.

A pesar de esto, la Administración Biden cedió estos derechos en el 2024, y no fue a través de representantes electos por el voto popular, sino a través de un cambio de reglas en una agencia federal. El Departamento de Educación publicó sus nuevas reglas el mes pasado, para redefinir la prohibición de la discriminación sexual y, de esta forma, ignorar por completo la finalidad del Título IX. La agencia cambió unilateralmente la definición del “sexo” en el Título IX para incluir la identidad de género, la expresión de género y la orientación sexual. Al hacerlo, cede a los hombres los derechos que el Título IX designa específicamente para las mujeres.

Esto significa que todas las escuelas que reciben cualquier cantidad de dinero federal estarían obligadas a dejar entrar a niños y hombres en los espacios designados para niñas y mujeres como baños, duchas, vestuarios, dormitorios, etc. Sarah Parshall Perry del periódico The Daily Signal (en inglés) agregó:

“Las regulaciones también eliminan las protecciones del debido proceso para los estudiantes acusados de conducta sexual inapropiada (como el derecho a llamar a testigos, presentar pruebas o ser representado por un abogado durante una investigación), y viola la Primera Enmienda de la Constitución al obligar a los maestros y compañeros a usar los pronombres preferidos de un estudiante”.

 Además, las nuevas reglas exigen que las escuelas acepten la identidad de género de un estudiante sin notificar a los padres. No requiere una regla para la transición secreta, pero confunde a los distritos escolares con esta nueva definición y los pone en una posición precaria mientras esperan las próximas elecciones y el resultado de varias demandas.

La decisión del departamento de posponer una segunda regla que se refiere solo al atletismo es solamente teatro, según Perry, “Los equipos de atletismo masculino y femenino serán cosa del pasado, ya que la nueva regla incluye la identidad de género en la definición de “sexo”, y se aplica a todas las “actividades extracurriculares””. De hecho, la palabra “atletismo” aparece en las nuevas reglas al menos 31 veces”.

A las pocas semanas de la publicación de las nuevas reglas, se presentaron varias demandas contra la Administración, como la de nuestros amigos de Alliance Defending Freedom (ADF), denunciando la violación de la libertad de expresión y la anarquía absoluta de las nuevas reglas. En un artículo de opinión en el Wall Street Journal (en inglés), la presidenta de ADF, Kristen Waggoner, explica las ramificaciones de las nuevas reglas y los argumentos erróneos de la Administración, al utilizarla para legislar desde el Despacho Oval basándose en un razonamiento erróneo.

“Estas nuevas reglas también son un asalto a la libertad de expresión. Pues exige que los estudiantes, maestros y administradores acepten las mentiras de la ideología de género, que están dañando a innumerables estudiantes hoy en día. Cualquiera que se resista estará expuesto a investigaciones, castigos o despidos. Eso ya ha sucedido en Illinois, donde un maestro fue despedido por negarse a llamar a los estudiantes por pronombres del sexo opuesto. Situaciones como esta se multiplicarían en todo el país bajo estas nuevas reglas”.

 Waggoner también señala que el argumento principal de las nuevas reglas se basa en el fallo de la Corte Suprema de EE. UU. en Bostock v. Clayton County (2020) que decidió que el “sexo” en el Título VII incluía la identidad de género. Señala que varios jueces ya han reconocido las diferencias entre el Título IX y el Título VII.

“La lógica de Bostock es que la biología es generalmente irrelevante para la contratación y el despido de empleados. Pero el Título IX, que regula las instituciones educativas, es un estatuto diferente con un lenguaje y una historia diferentes. A diferencia entre el Título VII, el Título IX permite explícitamente que las escuelas establezcan distinciones basadas en el sexo, incluso en las “instalaciones de vivienda”. Las regulaciones iniciales del Título IX, promulgadas en 1975, reconocieron que el estatuto permite, y en algunos casos requiere, muchos espacios y programas específicos para cada sexo, y el Congreso ratificó ese entendimiento hace mucho tiempo. La biología es importante en los deportes y en los espacios íntimos: tratar a las mujeres de manera justa requiere respeto por su necesidad de privacidad y por sus diferencias físicas con respecto a los hombres”.

Te invitamos a que descargues la guía para maestros de K-12 (en inglés) que ADF elaboró para ayudar a los afectados a conocer sus derechos y cómo navegar con los problemas actuales y no quedarse callados.

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